Y... ¿Qué es una declamación?
La declamación es un arte escénico como lo son el teatro y la danza, en el sentido que se desarrolla frente a un público que observa y escucha, que participa siendo testigo ocular y auditivo del arte representado. Es cierto que una declamación puede grabarse y su audio puede ser escuchado – como se escucharía una obra de teatro – pero algunos comentarán que se pierde mucho del arte escénico sin la imagen visual del declamador.
Podríamos decir que la declamación es la interpretación de un poema, buscando profundizar su mensaje con el uso armonioso de la voz y la sutileza del gesto. La declamación busca cautivar al espectador para que vibre con el sonido y significado de las palabras, acentuando con el gesto y el movimiento aquellos versos o palabras que destaquen el sentimiento y la emoción contenida en el poema. Muchos autores han tratado de diferenciar declamación y recitación, aunque en la actualidad ambos términos se utilizan como sinónimos. Estos autores hacen énfasis en que la recitación excluye el uso del gesto y concentra todo su arte en la voz y su modulación. En el siglo XIX y principios del XX esta diferencia era muy notoria en cuanto la gesticulación dentro de la declamación era muy expresiva, con mucho movimiento de manos, desplazamientos en escena, uso de elementos visuales y en algunos casos el uso de varios disfraces en el curso de una misma declamación. Todo esto ha ido desapareciendo en la declamación moderna y en la actualidad la declamación clásica es considerada excesiva y teatral.
Ayer veíamos la declamación de Carmen Feito, hoy les dejamos otra declamación, esperamos que les guste
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